¿Dónde quedaron las áreas verdes?
Por Eduardo Martínez Binavente
Se necesita la colaboración de los vecinos y propietarios de viviendas ubicadas en los fraccionamientos y condominios de la ciudad para que denuncien las áreas de donación que en su contorno han desaparecido o que nunca se entregaron al Ayuntamiento para integrar un inventario y avalúo del despojo y latrocinio que ha sufrido el patrimonio inmobiliario de los potosinos por parte de los grandes desarrolladores y/o funcionarios públicos, y actuar en consecuencia.
Le estamos solicitando al presidente municipal, Mario García Valdés, que en ejercicio del derecho de acceso a la información pública nos entregue un informe de los fraccionamientos y condominios autorizados en los últimos cinco años, que más adelante ampliaremos, en donde sea posible consultar el nombre y características del fraccionamiento o condominio; su propietario o apoderado; las superficies y ubicación de las áreas de donación, tanto las destinadas a obras de equipamiento y prestación de servicios municipales, como las verdes, con una copia certificada de las actas de cabildo en que fueron aprobados.
Cualquiera que consulte las páginas de transparencia del Ayuntamiento de San Luis Potosí podrá verificar que en el listado de bienes inmuebles, en el que deben estar inventariadas todas sus propiedades, no aparecen registradas las áreas de donación de la mayoría de los grandes fraccionamientos y condominios autorizados en los últimos años. No se sabe qué destino tuvieron. Fue una verdadera sorpresa enterarnos que ese catálogo, que suma más de 550 bienes, está compuesto principalmente por una pedacería de lotes de terreno inservibles destinados a áreas verdes o pequeñas superficies ganadas por ampliaciones y alineamiento de calles. El municipio debería ser dueño de valiosas y amplias áreas de donación, perfectamente urbanizadas y ubicadas en distintos sitios de la capital que le tenían que haber cedido los empresarios dedicados a esta actividad en cumplimiento de lo que dispone la Ley de Desarrollo Urbano, para destinarlas a escuelas, unidades médicas, juegos infantiles, parques deportivos, jardines y zonas arboladas, entre otros objetivos.
Observamos con preocupación un crecimiento caótico e inadecuado de la ciudad en el que parece que cada promotor hace lo que quiere: rebanar cerros, aplanar colinas, eliminar la fauna y flora del lugar, obstruir cauces naturales de escurrimientos pluviales que han dañado en manera irreparable nuestro ecosistema. Todo lo que sea necesario infringir con tal de urbanizar, vender y obtener cuantiosas utilidades. Los abusos de los fraccionadores han llegado al extremo de contaminar espacios del parque Tangamanga I con las aguas negras que el fraccionamiento Villa Antigua arroja por el arroyo de La Garita de Jalisco, sin que ninguna autoridad lo sancione.
La Auditoría Superior del Estado y el gobierno municipal deben investigar de inmediato los motivos por los que en el padrón de bienes municipales que se encuentra actualizado al mes de septiembre no existen las áreas de donación que condominios Monterra estaba obligado a ceder. Sería imperdonable que después de todos los ilícitos que se le han señalado se atrevieran sus dueños a robarse las áreas de donación o que éstas no cumplieran con los requisitos de ley.
En la misma situación se encuentran otros desarrollos habitacionales como Sierra Azul, Privadas del Pedregal I y II, Villa Antigua y muchos otros que operan como condominios horizontales que se caracterizan porque la mayor parte de las áreas de donación que señalan son áreas verdes que tienen una pendiente que excede del 15% y no tienen acceso por la vía pública. De tal manera que no cumplen con lo que dispone la Ley. Tan no existen las áreas de donación que si existieran la administración de Victoria Labastida las hubiera desincorporado del dominio público y las hubiera puesto a la venta para evitar el desastre financiero en el que dejó inmerso al municipio.
Las áreas de donación del exclusivo condominio Club de Golf La Loma se localizan en el interior del inmueble y no corresponden ni remotamente a la superficie que tenían que haber cedido. De ninguna manera se le pueden aceptar como áreas de donación los espacios destinados al campo de golf, ni los camellones y glorietas. Los condominios como los fraccionamientos están afectos a ceder gratuitamente al municipio el 15% de la superficie vendible del terreno; y si es condominio, el área cedida debe estar fuera de la barda perimetral del inmueble y en el sitio que señale la autoridad para destinarlo a equipamiento urbano y la prestación de servicios municipales conforme a lo que dispone la Ley de Desarrollo Urbano. Sólo cuando el área de donación sea menor a 500 metros cuadrados se podrá aplicar un procedimiento para que el propietario, mediante el pago del valor del terreno, readquiera la superficie.
El daño patrimonial por las superficies que los grandes fraccionadores le han robado al municipio se puede cuantificar -sin exageraciones- en cientos de millones de pesos, con los que se podría dotar de mejores servicios a la ciudad y pagar los pasivos. La formalización del cumplimiento de esta obligación debe efectuarse en el mismo acto en que conste la protocolización del acta de lotificación. El incumplimiento de la escrituración deja sin efecto la aprobación, y el ayuntamiento debe notificar a catastro municipal y al Registro Público de la Propiedad para que detengan las operaciones.
Es una vergüenza que el alcalde presuma como un logro de su administración el convenio que acaba de firmar con algunos bancos para que los contribuyentes paguen el impuesto predial en las sucursales, cuando ante la crisis que padecemos debería estar anunciado acciones radicales que nos permitieran recuperar el patrimonio inmobiliario que le arrebataron a la ciudad -porque ni modo de que no estuviera enterado- y presentar las denuncias correspondientes, en el entendido de que esos bienes son imprescriptibles y no importa el tiempo que ha transcurrido desde la fecha en que se cometió el despojo.