Crónicas de transparencia: El Buró y el río de cocodrilos

Samuel Bonilla Núñez.[i]

“Es imposible apreciar la pertinencia de soluciones a problemas que se desconocen”.

Durango, 2012. Habíamos conducido un taller de formación de usuarios y facilitadores para el aprovechamiento del derecho de acceso a la información pública (DAIP), de dos meses, con personal de bibliotecas públicas, con el patrocinio de la Comisión Estatal para la Transparencia y el Acceso a la Información Pública de ese estado. Enseguida nos solicitó un taller intensivo para periodistas y otro para agrupaciones ciudadanas en el que tomaron parte personas en condiciones de discapacidad.

A la par de esos talleres, conducíamos otros en Puebla y San Luis Potosí en los que participaban personas servidoras públicas y de agrupaciones ciudadanas, entre ellas personas septuagenarias.

La casi simultaneidad de esos talleres para grupos de participantes de perfiles diferentes puso en relieve los diferentes grados de comprensión y aprovechamiento de los contenidos, así como los problemas que enfrentaron tanto para ejercer el DAIP como para avanzar hacia su aprovechamiento (diferencia muy importante a tomar en cuenta) y, en algunos casos, lograr casos de éxito.

Hubo quienes ya tenían su cuenta en alguna de las plataforma Infomex (para enviar solicitudes de información y recibir respuestas), quienes las generaron de inmediato, quienes olvidaban su nombre de usuario y contraseña, quienes no tenían cuenta de correo electrónico, quienes tenían problemas para generar mayúsculas en los teclados de las computadoras, para encenderlas, para abrir archivos y programas, para navegar en internet, para redactar sus solicitudes y saber a quién dirigirlas, etcétera. Todo esto sólo en los procedimiento para usar el DAIP, sin haber llegado siquiera a las etapas del aprovechamiento de este derecho.

Desde luego que los resultados de esos talleres fueron notoriamente desiguales para sus participantes en lo individual. Aún con avances disímbolos –lo cual ocurre en todos los talleres o seminarios que hemos realizado– llegó el momento en la que la mayoría de los participantes había concluido las etapas del uso del DAIP a través del envío de solicitudes de información y recepción de las respuestas. Es decir, estaban por iniciar el camino hacia el logro de aprovechamientos con el auxilio de este derecho.

Es justo en este punto en que inicia la parte más desafiante de lo que hemos llamado el “río de cocodrilos”, término con el que nos referimos a las etapas o barreras post DAIP para avanzar hacia los resultados que se pretenden lograr; sea solucionar algún problema o satisfacer una necesidad social, por ejemplo. Se trata de fases que sólo se pueden apreciar durante el acompañamiento a quienes ejercen este derecho, principalmente para intentar resolver problemas.

Como hemos explicado en artículos anteriores (por ejemplo, Cuando el derecho a saber no es suficiente o La cara oculta del derecho de acceso a la información pública: su aprovechamiento) el ejercicio efectivo de este derecho –haber obtenido la información pretendida– no significa, de suyo, su aprovechamiento, porque hay etapas post DAIP que es necesario satisfacer para lograr el resultado que se busca, sea sólo saber algo (función cognitiva) o incidir en los hechos (vertiente instrumental).

Gracias al estudio de casos de aprovechamiento de este derecho y de intentos fallidos, ahora podemos identificar con mayor claridad las fases que componen el “río de cocodrilos”. Las cuales pueden ser simples etapas por las que hay que transitar sin problema alguno o barreras que dificultan o de plano impiden el avance, lo cual depende de las capacidades y recursos de cada persona (ver tabla). En eso consiste la relatividad del grado de dificultad para el aprovechamiento del derecho de acceso a la información pública, lo que a su vez demanda estrategias diferenciadas de asistencia.

En la socialización para el aprovechamiento del DAIP no se trata sólo de aprender el uso de la Plataforma Nacional de Transparencia o formar personas usuarias y dejarlas a su suerte. Así jamás sabremos de la existencia del “río de cocodrilos”. Se trata de lograr que las personas pasen de ser sólo derechohabientes o usuarias del DAIP a ser sus beneficiarias. La meta es que logren beneficios de su interés con el auxilio de este derecho.

En la vertiente instrumental del DAIP hay aplicaciones obvias y relativamente sencillas de la información obtenida que, por lo general, no representan un problema mayor. Por ejemplo, en tareas escolares, trabajos académicos, investigaciones sociales o periodísticas.

Sin embargo, cuando se trata de intentar resolver problemas o necesidades sociales el panorama suele tornarse más complicado. Por ejemplo, al defender el medio ambiente, derechos laborales, derecho a vivienda digna, derecho a la no discriminación, obras públicas de calidad o derecho a ser indemnizado.

En los talleres mencionados al inicio de este texto, aunque la mayoría duraba dos meses, aun ese tiempo resultaba con frecuencia insuficiente para poder auxiliar, directa o indirectamente, a participantes que se encontraban frente al “río de cocodrilos” para que lo cruzaran y alcanzaran los aprovechamientos que pretendían. Sólo quienes poseían las capacidades y recursos necesarios para avanzar en los asuntos específicos de su interés –pocas personas– lograban, por sí mismas, producir resultados exitosos.

En términos generales podríamos estimar, de acuerdo con las experiencias observadas en casi 19 años, que en torno al 90% de quienes intentan aprovechar el derecho de acceso a la información pública en su vertiente instrumental, en aplicaciones no obvias y simples de la información, fracasan en su intento. Son “damnificados del río de cocodrilos”. Algunos habían aceptado la idea simplista de que usando el DAIP resolverían problemas de su interés.

Aun habiendo explicado los retos que representa el “río de cocodrilos” para producir resultados satisfactorios en la vertiente instrumental del DAIP, observamos cómo un buen número de participantes en talleres y seminarios mantienen la expectativa de que, con sólo ejercerlo, enviando una solicitud de información muy “completa” y detallada respecto al asunto de su interés, se va a resolver el problema o necesidad en cuestión. Los resultados no sólo son adversos, sino contraproducentes.

Pareciera que asumieran que las solicitudes de información fuesen un medio creado para que las autoridades atiendan y solucionen los problemas que les planteen por esa vía. Es una percepción equivocada y creciente, alentada por el discurso simplista de que al emplear el DAIP se solucionan problemas, sin advertir ni explicar que se requiere transitar por etapas posteriores que demandan capacidades y recursos adicionales –diferentes y casuísticos– a los requeridos para usar el DAIP de manera efectiva.

En suma, salvo meras excepciones, no vamos a solucionar problemas o necesidades sólo con hacer buenas solicitudes de información. El aprovechamiento del DAIP depende, más allá de ejercer con éxito este derecho, de las capacidades y recursos de cada persona. Y es ahí donde emergen las ventajas y desventajas, las barreras y los retos.

EL BURÓ

¿Cómo incrementar el porcentaje de casos exitosos en la vertiente instrumental del DAIP? ¿Cómo lograr que quienes no pueden cruzar el “río de cocodrilos” (hay quienes ni siquiera lo intentan) puedan alcanzar los aprovechamientos que pretenden?

El Buró es uno de los componentes medulares del planteamiento del Plan Nacional Integral de Socialización para el Aprovechamiento del DAIP (Plan Integral). Consiste en la conformación de un servicio público de asesoría profesional, multidisciplinaria y gratuita para las personas usuarias de este derecho que lo requieran.

Su integración puede lograrse a través de convenios de colaboración que los organismos garantes del DAIP realicen para el efecto con instituciones de educación superior de su estado, ciertas instituciones públicas y organizaciones ciudadanas.

Los organismos garantes difundirían las disponibilidad de los servicios de orientación y asesoría del Buró y desarrollarían canales de comunicación con las personas usuarias de la ley de transparencia de su estado para detectar, precisamente, las necesidades de los servicios del Buró, cuya tarea esencial es la de auxiliarlas en las primeras cuatro fases del “río de cocodrilos” (ver tabla). La fase 5 correspondería, en todo caso, a un servicio de gestoría, muy necesario también, que abordaremos en otro artículo.

Los servicios del Buró serían concertados por el organismo garante y se prestarían de manera presencial, cuando fuese posible, o a distancia (en línea, vía telefónica, correo electrónico, WhatsApp, etcétera).

Durante la prestación de los servicios del Buró es conveniente que al menos esté presente un integrante del organismo garante para darles seguimiento, registrar las experiencias, extraer los aprendizajes y, cuando se logren casos de éxito, documentar el proceso y resultados para –vía otros componentes del Plan Integral– transformarlos en diversos productos didácticos para sensibilizar a más personas respecto a la utilidad social de este derecho.

Las instituciones y asociaciones integrantes del Buró desde luego que también podrán aprovechar esta iniciativa como parte de sus tareas de vinculación social. Por ejemplo, en el caso de instituciones de educación superior, estudiantes avanzados de carreras ad hoc al asunto específico, bajo la tutela de docentes calificados o coordinadores de carrera, podrían participar en el proceso de analizar y brindar orientación o asesoría respecto a casos reales. Y desde luego que cuando se logren casos exitosos representarán méritos sociales en su haber. Ganar-ganar.

Aun en los casos en que no hubiese resultados exitosos siempre habría experiencias y aprendizajes valiosos para estudiantes, docentes o especialistas de otras instituciones participantes, personas usuarias del DAIP y el organismo garante, que serían de gran utilidad para futuros casos similares.

El costo del Buró es prácticamente cero o simbólico, y su utilidad social crecería al paso de que su existencia, funciones y resultados se conozcan en cada estado.

¿Cuáles organismos garantes del DAIP darán el primer paso en este sentido en beneficio de la población a la que sirven?


[i] Coordinador del Programa Transparencia para Tod@s. / Junio, 2022. ethoscom@yahoo.com

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