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La Prensa y el PAN Juan Antonio González Diciembre 8, 2008.
Hay una prensa que no miente pero oculta o disfraza la verdad y obtiene ingresos tanto por lo que publica como por lo que oculta. Publica verdades a medias cuando hace falta una explicación de los problemas reales y una explicación de la realidad. Las líneas anteriores forman parte de un texto que se llama 20 Razones para Desconfiar de la Prensa y apareció en la Revista Mexicana de Comunicación hace unos años. Valga ese párrafo pleno de sustancia para hacer una revisión del comportamiento de la prensa potosina y el partido en el Poder durante las últimas semanas. El proceso de elección del candidato a gobernador en Acción Nacional que concluyó con el triunfo de Alejandro Zapata Perogordo, contó con una amplia cobertura por parte de los medios de comunicación locales y como nunca antes había sucedido en ese partido, sus procesos antes acotados a la participación de grupos selectos se abrió a la sociedad. Acerca de ese proceso inédito, la prensa fue prolífica en cuanto a la publicación de noticias que dieron cuenta de dichos y hechos de los aspirantes. No obstante, esa cobertura se alejó por momentos de la responsabilidad de informar con la verdad. La compra de paquetes publicitarios por parte de los dos principales contendientes, derivó en noticias planas y escasas de contenidos interesantes. La propaganda desplazó a la información porque en apego a los contratos publicitarios, los medios publicaban de manera íntegra los boletines de prensa que hacían llegar las oficinas de comunicación de Alejandro Zapata y Eugenio Govea. Al revisar los diarios impresos se podían cotejar las notas y sólo había ligeros cambios, pero el estilo propagandístico se mantenía. Los medios dejaron de lado su tarea de dar cobertura a los actos de campaña para entregar a los lectores y audiencias, noticias tomadas de primera mano por sus reporteros. Así, lo que se publicaba era el parte interesado de cada candidato que podía decir lo que quisiera para que se le publicara. En el imperio de la gacetilla y el boletín, la contienda panista transcurrió sin chiste. Declaraciones huecas, sin sustancia noticiosa y meros recuentos de lo que hacían los aspirantes. Sus compromisos, sus actos proselitistas y la suma de apoyos. Se leía en sus comunicados que tal aspirante había recibido el apoyo de miles, que se trata de un gran candidato: sensible, humano, inteligente, visionario. Como siempre, el uso del lugar común: usted es el primero de muchos políticos y aspirantes que nos visita, cuente con nuestro apoyo. Incluso en los momentos de mayor tensión, por ejemplo, Eugenio Govea recurrió al boletín para denunciar presuntas anomalías. A la hora de presentar pruebas no lo hizo. Es más cómodo denunciar por medio de un texto propagandístico que de cara para dar santo y seña de la queja. Fue una elección mediática que se resolvió también en los medios. Govea reconoció en un comunicado y en unas palabras a una estación de radio que los resultados no le eran favorables. La elección se llevó a un fallido intento de transparencia y el Comité Directivo Estatal colocó en su sitio web un vínculo en el que estarían dando a conocer los resultados preliminares. Desde temprano, aparecía el vínculo en la página con el anuncio en espera de resultados. Así se mantuvo y fue hasta la tarde, horas después de concluido el proceso que se colocaron los resultados finales. Nunca se presentó la llegada de los resultados conforme se iban recibiendo, eso es lo que se había ofrecido. Llama la atención que un día después de la elección, de la mayoría de los medios prácticamente desapareció la información relacionada con las irregularidades que se cometieron por parte de ambos aspirantes. Zapata apareció en las portadas de todos los periódicos y en interiores aparecieron fotografías de la celebración, pero de las mapacherías, nada. El panista ganador al ser entrevistado en distintos programas informativos de la radio, sobraron las felicitaciones, pero nadie le preguntó de la entrega de despensas o de la compra de votos. Es obvio que los paquetes publicitarios rindieron frutos no solo en cuanto a publicar lo que los candidatos enviaban, sino que de regalo los medios le entregaron su línea editorial y la desmemoria. En el ejercicio reporteril del domingo, los reporteros de la fuente política y corresponsales de medios nacionales llevaban la nota en el sentido de que en la entidad se habían presentado irregularidades, pero en las publicaciones eso no se destacó. Esto demuestra que en la prensa, el que paga manda. . |
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6as Jornadas de Acceso a la Información Pública 2008
Lista obtenida a través de solicitudes de información
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