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 Periodismo de mano en mano y Visor de Transparencia

 

 

 

 

 

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¿Porqué perdió Zapata?

Primera parte

Eduardo Martínez Benavente

Julio 12, 2009.

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CONTRAPESOS 2008

CONTRAPESOS 2007

CONTRAPESOS 2006

Fueron muchos los factores que influyeron para que Alejandro Zapata Perogordo perdiera la elección del domingo pasado cuando hasta hace unos cuantos meses era el favorito para gobernar el Estado, la distancia que lo separaba con el resto de los contendientes parecía inalcanzable. De su inesperada derrota habría que analizar una serie de acontecimientos externos y otros internos que pesaron en el ánimo de los electores al momento de emitir su voto. Entre los primeros, no imputables directamente al senador con licencia, está el hartazgo y frustración de esa enorme masa de la población a la que le está pegando como nunca el desempleo, la pérdida de su poder adquisitivo, los miserables salarios con los que se remunera su trabajo, el ambiente de inseguridad que prevalece en todas partes, las deficiencias de los servicios públicos, y por supuesto, la insensibilidad y distanciamiento de los gobiernos panistas con la realidad que existe en el país porque no tienen la menor idea de cómo resolver la crisis; y que en esta ocasión se manifestó y salió a votar en su contra. Más del 54 por ciento del listado nominal de electores potosinos acudió a las urnas federales. Ni las proyecciones más optimistas calculaban tal concurrencia. Las consecuencias fueron demoledoras para Acción Nacional. Se llevaron entre las patas de los caballos, la gubernatura, alcaldías y diputaciones; y se llevarán también la curul del senador suplente, Héctor Mendizábal, quien en un gesto de dignidad debería renunciar a la presidencia estatal de su partido por la derrota electoral en la que terminó el panismo, como también lo debería de hacer, antes de que lo corran, el parcial y mentiroso arbitro de la contienda, Rodolfo Aguilar Gallegos. Sus días están contados. Sus pifias son imperdonables y más cuando se atreve a responsabilizar a la Universidad Autónoma de San Luís Potosí de sus errores. Se le acabó el “proyectito”, a menos que la gente de Toranzo lo rescate del hundimiento.

Los panistas potosinos perdieron la oportunidad histórica que les dio la alternancia en el poder para realizar cambios en serio. Transcurrirán muchos años para que recuperen el gobierno. Fueron muchos los agravios y decepciones que les infirieron a los potosinos, desde que en enero de 1992 asumiera la presidencia municipal el desleal de Mario Leal, incumpliendo el compromiso que hizo con el doctor Salvador Nava y otros partidos de no participar en ese proceso hasta conseguir cambios sustanciales a las leyes electorales. No se nos olvida que Alejandro Zapata lo siguió y se incorporó alegremente a su gobierno como secretario general del Ayuntamiento, desde el que sirvió con especial esmero los intereses de los fraccionadores y especuladores del suelo urbano. Muchos navistas votaron ahora por los candidatos del PRI. Había que ajustar viejas cuentas con los panistas, como quedó constancia con el triunfo de la candidata navista a diputada local por ese partido, Beatriz Benavente, que arrasó en su zona y les recuperó el octavo distrito contra todo vaticinio.

¿Para qué querían los panistas ser gobierno si cuando accedieron al poder se comportaron iguales o peor que los priístas que depusieron? Cuando su lucha estaba basada en principios y no transigían, cuando servían para atemperar los excesos de los gobernantes, cuando retaban al sistema de frente, sin concesiones y alojaban a esa inmensa mayoría de inconformes, entonces sí, el panismo se justificaba y había que apoyarlo. Es cierto que muchos activistas se acabaron en la dura y hostil lucha contra la realidad imperante. A otros los cooptaron y se integraron a un sistema que combatían y se hicieron como ellos o peor que ellos. Muchos recordamos con respeto y admiración a sus fundadores que forjaron una generación de hombres y mujeres limpia y combativa. Pero visto todo esto de cerca, visto en retrospectiva pareciera que ese sacrificio de tantos, durante tantos años resultó inútil, absurdo y se podría decir que hasta perdieron el tiempo.

¿Dónde quedó el cambio por el que votaron millones de mexicanos que soñaron con una patria generosa y ordenada? Con una institución que combatiera en serio la desigualdad social, la delincuencia y la corrupción. Por supuesto que no quedó en el partido que ahora alberga entre sus diputados locales a un conocido ex agiotista que merodea como diputado suplente la curul de su propietaria para desbancarla de su diputación federal, o en otro acusado de violación, o en uno más sobre el que pesa una denuncia penal por acoso sexual en agravio de una de sus subalternas. Ni tampoco en otro de sus diputados que no quiso separarse de su cargo mientras se esclarecía la culpabilidad o inocencia de su hijo al que se le imputan delitos graves como secuestro, robo y narcotráfico. Con qué calidad moral, con qué independencia pueden estos diputados panistas tomar decisiones contrarias a los intereses del gobernador del Estado, si su cabeza está atorada en la guillotina.

Creo que muchos potosinos sintieron la necesidad de castigar al PAN y votaron por los candidatos priístas o anularon su voto. Consideraron que había que darles una segunda oportunidad, aunque no me cabe la menor duda que muy pronto se arrepentirán de su decisión. No podían seguir avalando con su sufragio a un partido, cuyos diputados siendo mayoría, nombraron como Auditor Superior del Estado a un ex encubridor de las cuentas públicas de los gobiernos priístas, que ahora sirve como tapadera de las tropelías de los panistas. A un partido que ratifica en su puesto como Presidente del Consejo Estatal Electoral, a un individuo que desvirtuó la naturaleza ciudadana de la institución para convertirla en un organismo al servicio de los intereses de los dirigentes de los partidos políticos. A un partido que siendo mayoría designa como comisionada estatal de transparencia a una persona que no tiene más mérito que ser la cuñada del diputado priísta, encargado de denostador a su dirigencia, al que había que devolverle favores. Y Alejandro Zapata que sabía todo esto, lo permitió.

 

VISOR DE TRANSPARENCIA

  

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Lista obtenida a través de solicitudes de información

 

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