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Marcelo de los Santos: Balance General Cuarta Parte Eduardo Martínez Benavente Octubre 4, 2009. Después de seis años de observación y análisis logramos identificar la lógica con la que el ex gobernador Marcelo de los Santos manejó su administración y estableció sus prioridades en la aplicación de los recursos públicos. Y es que tal vez quienes hemos señalado sus actos de derroche y sus tendencias a privilegiar a grupos económicos de por sí ya privilegiados, no hemos sido capaces de entender que esa era su estrategia para llevar beneficios de manera muy pero muy indirecta a los sectores marginados. “No vamos a solucionar la pobreza ni la marginación a base de estar siempre dando programas de desarrollo social, hay que hacerlo mientras no lo podamos resolver de otra manera, pero también tenemos que impulsar el desarrollo económico, detonar a nuestro estado y eso es lo que estamos haciendo”, así me respondió el 12 de octubre de 2005 cuando compareció ante los diputados de la LVII Legislatura para explicar su segundo informe de gobierno. Parece que conforme avanzó su sexenio se convenció de que la forma de resolver la pobreza y la marginación era reducir al mínimo los recursos para su combate y multiplicar el financiamiento de obras suntuosas. Privilegiar a los de arriba tarde o temprano redundaría en algún beneficio para los de abajo, con suerte y hasta los podrán contratar para lavar los sanitarios o puedan auto-emplearse de lava-carros en el inmenso estacionamiento del Centro de Convenciones, entregado en comodato a Grupo Banamex, y tengan así un ingreso. Algo les tocará cuando se desparrame el vaso colmado de los de arriba. También, por lo menos dos veces al mes un grupo de esos marginados tendrá la opción de emplearse como vendedor de frituras y refrescos al interior del estadio Alfonso Lastras y hasta, de reojo, ver los encuentros de los Gladiadores de San Luís. Ese es uno de los tantos beneficios que aportó el apoyo millonario a la empresa Televisa, propietaria del equipo de fútbol, y que explica que cada año el subsidio fuera en aumento: en 2004, cuando lo encontramos por primera vez, el apoyo fue de 12 millones de pesos; para 2006, el subsidio ya era de 53 millones 800 mil de pesos. En abril de 2008, el gobierno de Marcelo de los Santos se vio precisado a realizar un rescate urgente de la afición potosina: Emilio Azcárraga amenazó con llevarse al equipo a otra plaza y le exigió una colaboración extraordinaria de 25 millones de pesos para cubrir supuestos pasivos que habían quedado de la temporada, pues de lo contrario la afición potosina se quedaba sin sus “Gladiadores”. Le advirtió que otros gobernadores más generosos se lo estaban solicitando para sus entidades. Un testigo presencial de los hechos asegura que fue tal su disgusto por la exigencia gansteril del magnate que en un principio se resistió a que lo siguiera extorsionando, y molesto le replicó que podía llevarse a sus jugadores. Más tarde recapacitó, midió las consecuencias, cedió y negoció con el dueño de Televisa. El equipo no se iba. La afición potosina, a excepción de los 22 mil aficionados que tienen posibilidades de ver directamente los partidos dentro del estadio, mantuvieron el privilegio de ver la repetición de los goles de su equipo favorito en los programas deportivos de Televisa, porque los subsidios no alcanzan para disfrutarlos en transmisiones en vivo por televisión abierta, para no afectar otro negocio de la empresa de Azcárraga Jean. Pero como no todo es fútbol, los privilegios de los subsidios llegaron también a otros deportes profesionales como el béisbol y el básquetbol, con cantidades inferiores a las del fútbol, pero que acumuladas con éste, solían rebasar los presupuestos anuales de dependencias tan estratégicas como la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental. Baste citar como ejemplo que en el ejercicio 2004 se destinaron 25 millones 191 mil pesos al deporte profesional –empresas particulares–, en tanto que la Contraloría General del Estado gastó 25 millones 80 mil pesos; la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental, 16 millones 739 mil pesos; el Consejo Estatal de Seguridad Pública, 11 millones 632 mil pesos; la Coordinación Estatal para la Atención de los Pueblos Indígenas apenas 3 millones 88 mil pesos. Es obligado recordar que en ese año se dio la rehabilitación del estadio de béisbol 20 de Noviembre para recibir al equipo Tuneros, que dos años más tarde abandonaría la plaza. Esa obra costo 4.27 veces lo que ese mismo año se invirtió en el combate a la marginación indígena. Los privilegios deportivos del sexenio no sólo se dieron a los deportes populares, sino también a eventos deportivos organizados por clubes privados. Así, aunque no todos los potosinos pueden acceder a las instalaciones del Club Deportivo Potosino, el Lomas Raquet Club, el Club Libanés o alguno similar, el dinero de todos los potosinos tiene las puertas abiertas en esos clubes y el gobernador Marcelo de los Santos estuvo presto para hacerlo entrar. ¿Cómo? Aportando los 55 mil dólares de la premiación de los torneos de tenis Challenger ATP y Seniors, con patrocinios de hasta 150 mil pesos para la carrera internacional Lomas, o con apoyos para convenciones como la que se dio en 2004 en el Club Libanés, cuando al gobierno estatal le tocó pagar una cena de 189 mil pesos. Todos estos privilegios fueron entregados sin contar con partida presupuestal para hacerlo. Pero no sólo los empresarios deportivos fueron beneficiarios de los privilegios marcelistas, y a lo largo de tres años de Contrapesos he dejado constancia extensa de otros como los relacionados con proyectos como Ciudad Satélite, Santa Rita y El Realito. En la siguiente entrega habré de ocuparme de los privilegios empresariales tanto para empresarios locales como foráneos.
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VISOR DE TRANSPARENCIA 6as Jornadas de Acceso a la Información Pública 2008 Lista obtenida a través de solicitudes de información
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