La maraña presupuestal

Somos muchos los que celebramos que en el presupuesto de egresos del gobierno del doctor Fernando Toranzo no se contemple partida alguna que le permita seguir subsidiando al equipo de fútbol, propiedad de Televisa, por lo que es inminente que la afición potosina se quede sin “gladiadores” a partir de la siguiente temporada. Los recursos destinados al Instituto Potosino del Deporte, que es el organismo a través del cual se canalizaba el apoyo, serán por 11 millones 406 mil pesos, orientados a cubrir todas sus necesidades, las que por cierto no se detallan en el presupuesto. Esta partida nos indica que tampoco habrá dinero para atender las necesidades de los miles de deportistas amateurs del Estado. Nada comparado con los más de 120 millones que se le autorizaron al Instituto en el 2009, con los que -en una buena medida- se quedó el equipo de la televisora. No sabemos de dónde saldrán los recursos para el mantenimiento del Centro de Desarrollo de Talentos y Alto Rendimiento Deportivo que se construyó en el estadio Plan de San Luís. Su funcionamiento es costosísimo y no está presupuestado. Parece inevitable que el gobernador del Estado pagará el costo político por la desaparición del equipo y recibirá los reclamos y protestas de los aficionados, aunque como compensación, otros ciudadanos reconocerán que su decisión responde a un acto de congruencia para cumplir con su compromiso de austeridad que no le permite dilapidar el dinero en gastos no prioritarios como lo hizo su antecesor, el que entre sus múltiples abusos pagó más de 15 millones de pesos, suma superior a lo presupuestado para fomentar el deporte en todo el Estado, por una cocina que le exigieron los operadores del Centro de Convenciones, a los que les adjudicó el servicio del inmueble sin licitación. El gobernador Toranzo pronto se desengañará y sabrá que los empresarios a los que pensaba recurrir para que patrocinaran al equipo no lo van a apoyar. Era su apuesta para preservar el equipo. La única esperanza que le quede es que ningún otro gobierno o empresa se interese en adquirirlo.

El Contralor General y el Auditor Superior del Estado deben investigar si son ciertos los señalamientos que proliferan en el sentido de que se desviaron cantidades importantes de dinero destinadas a fomentar el deporte. Hay información fidedigna en el sentido de que Emilio Azcárraga envió a sus auditores a revisar la contabilidad de su equipo pues se detectó que sus administradores inflaron la nómina de los jugadores y presentaron facturas con gastos que no pudieron justificar. Este fraude no nos interesaría si se tratara de un asunto en el que no estuvieran de por medio recursos públicos, pero si se malversó el dinero de los potosinos, entonces es de interés público porque nos afecta a todos y por lo tanto se debe resarcir el daño y castigar a los infractores. Por lo pronto se le acaba de solicitar al director del Instituto, Alejandro López Martínez, que en ejercicio del derecho de acceso a la información pública entregue a un peticionario copia de los informes presentados por el Club al Gobierno del Estado en los que se detallen el monto de las ministraciones públicas recibidas, criterios de asignación, formas y tiempos de ejecución, así como una relación en la que se especifique el uso que el Club de Fútbol San Luís le dio a los recursos que la administración de Marcelo de los Santos le entregó en los últimos seis años, y exhiba los montos utilizados para sueldos, incluyendo todas las nóminas, así como cualquier otro concepto en el que se pudo haber aplicado ese dinero. La Ley de Transparencia le permite a los ciudadanos husmear en los cajones de los particulares que se benefician o administran recursos públicos. Son varios los medios nacionales que están pendientes del desenlace de esta historia.

Otra de las partidas presupuestales que seguramente será motivo de conflicto -si es que no la incrementan- es la que se asignó a la Coordinación General de Comunicación Social, la que maneja todo lo relacionado con la prensa potosina, la responsable de cuidar y promover la imagen del gobernador del Estado y sus funcionarios, la de tapar y minimizar sus errores e ilícitos y desprestigiar y atacar a sus críticos, que de 56 millones 624 mil pesos que se ejercerán en el 2009 se reduce a 33 millones 832 mil pesos para el 2010. Esto significa un severo golpe a los ingresos de la mayoría de los medios de comunicación que se mantienen, muchos de ellos, gracias a discrecionalidad con la que el director de esa área reparte el dinero. Sabemos que muchas de esas publicaciones no existirían si el gobierno no las soportara. En algunas de ellas su circulación es ridícula, no más de 500 ejemplares. Cualquier chismoso de café tiene más resonancia y presencia que esos diarios y revistas.

Otro de los compromisos que adoptó el doctor Toranzo con los potosinos fue la abolición del culto a la personalidad que caracterizó a Marcelo de los Santos. Prometió que no pagaría un centavo en promover su imagen. No lo ha cumplido. Observamos en casi todos los medios escritos y electrónicos publicidad disfrazada de noticia. Sus fotografías, aunque pocas y pequeñas empiezan a aparecer en la prensa por eventos intrascendentes e inauguraciones de algunas obritas que no alcanzó a develar su antecesor. Está a tiempo de espantar estas tentaciones e instrumentar una relación seria, equitativa y profesional con los medios de comunicación. Algo innovador que marque las reglas del juego en la distribución y compra de la publicidad oficial. Que se identifique plenamente el espacio comprado con la nota informativa, o de plano prohibir la publicidad gubernamental como ocurre en otras latitudes, en las que lo único que paga el gobierno son las convocatorias de licitación, edictos y algunas informaciones estrictamente necesarias para los ciudadanos. Empezamos a ver con preocupación algunos signos de intolerancia en contra de periodistas críticos. ¡Que ni se les ocurra!

VISOR DE TRANSPARENCIA

6as Jornadas de Acceso a la Información Pública 2008

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